lunes, 3 de noviembre de 2014

Riesgos para la salud pública asociados a la presencia de perclorato en los alimentos,

El uso de algunos fertilizantes y de agua de riego contaminada con perclorato, puede causar acumulación en frutas y verduras.
 Los percloratos son las sales del ácido perclórico (HClO4). Son incoloros y no tienen olor, son solubles en agua y generalmente tienen gran movilidad en el suelo.  El perclorato (ClO4), es un contaminante químico que se libera al ambiente desde fuentes naturales y antropogénicas (fuentes humanas). Se pueden acumular en frutas y verduras a través de uso de fertilizantes y agua de riego contaminada con perclorato. También se ha encontrado en la leche, ésta se contamina debido a que las vacas han consumido forraje que contiene perclorato.
Aunque la mayor parte del perclorato que entra al cuerpo se elimina rápidamente (orina y heces), la presencia de perclorato en numerosos alimentos y en algunos suministros de agua potable sugiere que puede ocurrir exposición a diario.
Este perclorato se absorbe en el tracto intestinal. El principal órgano afectado por perclorato en seres humanos es la glándula tiroides. El perclorato inhibe parcialmente la incorporación de yodo por parte de la tiroides. El yodo es un elemento esencial para la síntesis de hormonas tiroideas. Las hormonas tiroideas regulan ciertas funciones del cuerpo luego de ser liberadas a la corriente sanguínea. Aunque no se ha demostrado en seres humanos, se presume que personas expuestas prolongadamente a cantidades excesivas de perclorato pueden desarrollar una glándula tiroides que produce una cantidad reducida de hormonas tiroideas. En experimento con ratas, se ha observado aparición de tumores a largo plazo y cambios histopatológicos en la glándula mamaria.
El contenido máximo provisional fijado por la comisión europea para frutas y hortalizas es de 500 mg/kg, a excepción de las hortalizas cultivadas en invernaderos, que sería de 1000 mg/kg . Las espinacas, uvas, cítricos, tubérculos, melón y sandías, es de 200mg/kg.
Según la EFSA, los grupos de riesgo  a los efectos del perclorato son los recién nacidos y los niños que tienen una deficiencia de yodo, debido a que sus depósitos de yodo son muy pequeños.
EFSA concluye que se deben tomar más muestras que determinen los niveles de percloratos en los alimentos, para así mejorar la evaluación del riesgo, especialmente en vegetales, leche y productos lácteos y leches en polvo destinadas a bebes.

Fuente: Achipia

Aporte Gloria Olavarría Avello.

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